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¿Ancianos?…somos nosotros…

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Bueno, ya ha quedado claro en más de un artículo, que yo aquí hablo de lo que me afecta. Y no solo de lo que me afecta, sino de lo que me duele o dificulta mi vida, y de los medios que tengo a mano para evitar esos problemas. Pues bien, es bien sabido que todos ganamos edad cada año, y que antes o después nos haremos viejos. A medida que envejecemos notamos que ya no gustamos a los demás como antes, a pesar de que, interiormente, seguimos siendo el niño que éramos.

¡¡Menuda paradoja…!!

Pues tal paradoja está en la base de la vida consciente, y debería ser la clave para hacer de éste un mundo más feliz. Pero hay muchos interesados en que nunca lleguemos a ser conscientes, porque es mejor manejar a un rebaño de ovejas. Vean si no, a qué me refiero, tan solo pensando un momento que esos ancianos serán ustedes dentro de algunos años:

 

Comiencen por leer, si me hacen el favor, estas noticias de El País: http://elpais.com/tag/maltrato_ancianos/a

La sensación inicial es que están hablando de terceros, de otros, de los ancianos, esos señores y señoras mayores que de vez en cuando vemos en ciertos sitios. Cada vez menos, porque se los recluye en residencias. Y por lo que se ve, en ocasiones en penosas condiciones.

Pero, lo triste del caso es que esos ancianos somos nosotros, dentro de nada.  Somos nosotros «ya» y no nos damos cuenta. Esta sociedad está enferma, sinceramente. Y ahora, vuelvan a leer los distintos artículos sobre el maltrato de los ancianos.

Cuando a los ancianos se les saca de su ambiente familiar, se obliga o se incita a los hijos a buscar compañía extraña a sueldo, o se desnaturaliza de todos los modos posibles nuestra existencia en los últimos años, podemos decir que «nos han vendido la moto».

Pero, ¿en qué estamos pensando?…¿quién nos ha engañado y en base a qué? en base al relativismo moral, a hacernos creer que no pasa nada por despreciar a los mayores, o lo que es lo mismo a no valorarlos.

Tiempo para la reflexión…

Maltratos: http://www.elcorreo.com/vizcaya/20080613/sociedad/ancianos-maltratado-casa-20080613.html

Derivados de las siguientes circunstancias: las personas dependientes que viven en un entorno desnaturalizado, necesitan más atención que las que están en ambientes rurales y naturales.

Eso provoca que quienes les cuidan deban dedicar parte de su tiempo a hacerlo, pero esta convivencia se convierte en algo obligado. De ahí el burn-out.  Vivir más de lo que la naturaleza ha pensado para nosotros, trae estas consecuencias. Alargar la vida artificialmente sin ningún objeto no tiene sentido.  ¿Para qué aumentar la esperanza de vida, llegados a una cierta edad?… ¿qué sentido tiene entretenerse en viajes a Benidorm para luego acabar así?…

¿De qué sirve ser más saludable, tener mejor aspecto, si llegado el momento maltratamos a nuestros mayores?… de nada, ya lo adelanto yo. Porque seremos guapos y fuertes pero miserables.

Y no nos quejemos de que luego nos traten mal.

 

Los medios de comunicación rechazan al adulto

Se nos está empujando de manera muy sutil a rechazar la ancianidad. Los medios de comunicación rechazan al adulto… al mayor de 45 años. En la TV no sale nadie mayor de 30 años. Las empresas no quieren a nadie mayor de 50 años… y por último los mayores de 70 que no tienen suerte, terminan en residencias que son campos de concentración… de mayores. Lo lamentable es que no lo hace el enemigo, es que lo hacemos nosotros mismos. Llegados a este punto cabe preguntarse ¿en qué estamos pensando?… o ¿es que no pensamos?… Se está creando una sensibilidad especial hacia las personas mayores, en el sentido de que deja de ser habitual encontrarse con ellas, por lo tanto empiezan a resultar extrañas. ¿Parece una película de ciencia ficción, verdad?… pues es la pura realidad.

Hace unos años era muy normal ver familias con una mezcla natural de edades, pero ahora eso ya no se ve casi.

Los horarios y las presiones económicas nos han obligado a hacer que los ancianos, o los mayores, vivan siendo cuidados por ajenos. En el mejor de los casos esas personas viven en su casa. En el peor tienen que irse a residencias… y aquí es donde se detecta la miseria personal.

Rechazar la ancianidad es rechazarnos a nosotros como seres humanos. Estemos atentos, porque esto solo es el principio.

 

Muchos infantilizan al anciano

Otra actitud que se está extendiendo mucho es la de infantilizar a los mayores: hay muchas maneras de hacerlo, hablándoles en tono más alto, como si fueran tontos o sordos. Llamándoles «abuelo» aunque no lo sean o no sean familiares. Convertir en niños a los ancianos es una actitud siniestra, porque olvida que esas personas son y han sido personas con responsabilidades y que han llevado un trabajo y una familia. Es penoso ver cómo, en las residencias, personas con una mínima formación (las «cuidadoras y cuidadores») ni siquiera se plantean si sus mayores tienen estudios, carrera y méritos.

Una parte importante de la personalidad se basa en los logros intelectuales y acabar con ellos a esas edades, es equiparable a los barracones de prisioneros de los campos de concentración nazis. Eliminar de un soplo la historia de una persona, solo porque es vieja, es un crimen y una gran parte del sufrimiento de los ancianos está basado en esto.

Hemos de hacer el esfuerzo, cuando nos encontremos frente a una persona mayor, de pensar que esta persona ha tenido etapas de éxito personal y que tiene un nombre y una historia. De esta forma haremos más por ella que con otras amabilidades, porque estaremos frente a otro ser humano, no frente a un despojo.

Al anciano hay que verle como una persona con un mérito añadido a todos los demás: el de tener más edad. Y con una capacidad: la de poder explicar su experiencia de vida. Al anciano hay que hablarle con respeto, porque se lo merece. Cuando hablas a un anciano como una persona con todas sus facultades disponibles, estás potenciando que te hagan a ti eso mismo cuando llegues a su edad. Al mayor se le debe considerar en primer lugar, porque la naturaleza le ha dejado en inferioridad de condiciones, y hay que compensar.

 

Actitud que nos humaniza

Y debemos ser muy conscientes de que, lo que hagamos a estos mayores, nos lo van a hacer a nosotros antes o después. Todo lo que hagamos se extenderá como una costumbre y lo repetirán los demás. Si nos esforzamos en ver a personas con méritos y vida personal, con una historia en la que han sido jóvenes y han tenido calidad de vida, mejorará nuestra percepción de ellos y la dignidad de todos.

 

 

 

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2 Comentarios

  1. Muy acertadas las observaciones que haces en este escrito.
    Ciertamente, nos lo harán a nosotros.
    Cambiemos lo que podemos cambiar.
    Podemos cambiar nuestro primer y segundo cerebro, a través del tercero; directamente enlazado con la cualidad de lo que comemos.
    Es una manera de cuidarse, y así cuidamos de los ‘4’ cerebros del ser humano.
    Como dicen algunos siquiatras, «todas los síndromes mentales y síquicos empiezan por el intestino’. El intestino es nuestro segundo pulmón, nuestra primera piel, y nuestro segundo riñón. Lo que le beneficiemos nos beneficia en todos los terrenos.
    Algunos pensadores afirman que el mundo externo entra físicamente dentro de nosotros y se instala en los intestinos, en nuestra panza. En función de lo que tengamos dentro surgirán unas u otras influencias.

    Así que los fermentados, que son alimentos probióticos, son unos aliados magníficos.
    Incluso resulta del todo entretenido hacerlos, y comerlos.

    Es como la leña, que calienta dos veces, una cuando vas a recogerla y la almacenas, y la otra cuando la quemas en el hogar.

    Dada la importancia de nuestro intestino, cuidarlo es un forma muy eficiente de llegar lo más entero posible a la vejez, y así minimizar lo que se ha expuesto en este escrito.

    Gracias y saludos.

    • Por supuesto, si llegamos «enteros» a la vejez, no deberían poder realizar esas tropelías. Es más, sospecho que hasta los tratos se heredan, de donde «de aquellos polvos provienen estos lodos» y la cuestión es que hay familias en las que el maltrato proviene de los padres y termina en los hijos…etc…

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