De la mano de Frank G. Rubio, autor español especializado en literatura fantástica, aparece el libro Pensamiento envenenado: covidistopía y estado terapeútico, de la editorial Manuscritos como respuesta a unas necesidades que se venían sintiendo desde principios del 2020, cuando fue declarada en prácticamente todo el mundo la pandemia de COVID.
Tales necesidades eran, en primer lugar, poner orden en los hechos acaecidos desde esa fecha, en segundo lugar, definir y establecer las herramientas usadas para conseguirlo y las secuencias y procesos que llevaron a ellos, y que sostuvieron la narrativa y las medidas administrativas ilegales que nos impusieron; en tercer lugar identificar los grupos de poder que han sido y siguen siendo protagonistas del golpe dado a la humanidad con motivo de la pandemia de COVID; en cuarto lugar, era necesario esclarecer y describir las estrategias usadas por estos agentes, delimitar sus actuaciones y las relaciones entre ellos.
El libro desgrana en casi 300 páginas de forma magistral, detallada y sin olvidar ningún elemento, por poco importante que pudiera parecer, todos y cada uno de los eventos, sus conexiones, los personajes, la política subyacente, los vínculos económicos, los intereses que han movido a cada grupo, las relaciones ocultas o no que hay entre ellos, el papel de los medios de comunicación, de las agencias de verificación, de las farmaceúticas, de los organismos supranacionales, como la OMS, de los gobiernos de cada país, con la especial dedicación de un capítulo al caso español, las evidencias de que todas y cada una de las decisiones tomadas eran y siguen siendo constitutivas de delito de lesa humanidad.
Como capítulos dedicados a ciertos y cruciales momentos de esta historia, debo hacer mención al capítulo 0, dedicado a la relación entre el SIDA y el COVID. Como protagonistas de estos hechos destacan Kari Mullis y Anthony Fauci, dos personajes de vital importancia en todo este entramado, sin los cuales quizás no se podría haber llevado a cabo todo el plan. Y es que, a pesar de que estamos hablando de sucesos con 50 años de distancia, el libro permite ordenar y constatar que estamos ante un plan urdido desde hace muchos años, cuya culminación se ha realizado en el momento en que han dispuesto de la tecnología necesaria, el dinero, la influencia, el poder… y las siete cabezas (o más) de la insidiosa Hidra estaban situadas en todos y cada uno de los lugares de poder del mundo. La sensación que yo he ido teniendo a lo largo de estos años es, precisamente, que estábamos ante una infección imposible de erradicar. Pero no era la infección de un virus, es la infección de un sistema de corrupción que degenera todo lo que toca y que está inflitrado en todos y cada uno de los puntos de poder de la sociedad, con un solo fín: acabar con ella.
Pues bien, Frank G. Rubio ha sabido conectar en cada uno de los capítulos con esta idea principal y linea directora de su libro: que todos y cada uno de los elementos que han formado parte de la plandemia han sido meticulosamente pensados, diseñados, dirigidos, usados y falsificados en su caso, con el objetivo final de provocar miedo, desinformación, muertes y restricciones, como paso intermedio o punto de partida de la imposición de un nuevo poder, que ellos no disimulan, destinado a sustituir a las democracias nacidas tras la Segunda Guerra Mundial.
ELENCO DE REFERENCIAS
Una característica importante del libro que presentamos hoy, como consecuencia de su condición de omnicomprensivo, es la enorme lista de referencias de la que hace uso y de la cual podría hacer uso cualquier equipo de abogados que ponga manos a la obra si iniciara unas querellas criminales. Así, cualquiera que haya estado siguiendo la plandemia desde sus orígenes tendrá aún en su memoria la sucesión de personas y hechos que fueron siendo noticia, de las cuales hay mucho que decir, mucho que recordar y que son todos ellos importantes en el desarrollo de los acontecimientos, porque cada uno de estos elementos tiene una función específica en el entramado. El autor va indicando, capítulo a capítulo, párrafo a párrafo, no sólo sus nombres y circunstancias sino que los acompaña de las correspondientes citas, de enorme valor, por cuanto muchas de ellas provienen de páginas web que pudieran desaparecer debido a futuras y nada imposibles operaciones de censura.
Así, sin ánimo de ser exhaustivo, creo necesario hacer mención de Robert F. Kennedy Jr, cuando hace referencia a Fauci, Bill Gates y las grandes farmaceúticas, Kari Mullis, Larry Kramer refiriéndose a Fauci, de nuevo. La Asociación Americana de Médicos y Cirujanos (AAPS), haciendo referencia a su comunicado, sus publicaciones contra Fauci, el senador estadounidense Rand Paul, es sus intervenciones contra este mismo personaje; de vital importancia en todo el entramado hacer mención de los protagonistas relacionados con el laboratorio de Wuhan, y la interesante secuencia de responsabilidades o cadena de posibles causas de la plandemia, y que tanto tuvo que ver en la política de EEUU en los meses de la presidencia de Trump, Dany Shoham, Francis Boyle, Peter Navarro, o la mención a Johannes Friemann o Peter Schirmacher, en relación con las autopsias; no deja sin mencionar, y con nombres, la patente y criminal vacunación de los militares de todo el mundo, y principalmente la del ejército de EEUU por documentada y que más efectos adversos registrados en VAERS ha mostrado, o la doctora mexicana Karina Acevedo, quien hizo una importante labor durante los meses iniciales del confinamiento y a posteriori, por ayudar a comprender cual iba a ser el efecto de las vacunas que vendrían después, por poner algunos ejemplos internacionales.
En nuestro país, son dignas de reseñar las menciones a Mercedes Milá, dudando del doctor Cavadas, una mujer de la que curiosamente, circulan vídeos del tiempo del intento de vacunación masiva a causa de la «Gripe A» y en los que se demuestra que en aquellos días ella sí vió el fraude. Menciona de igual manera a la doctora María José Marínez Albarracín, enorme puntal en estos pasados meses en la lucha contra este monumental fraude. Joan-Ramón Laporte Roselló, de quien nos hemos hecho eco en este blog tras su impecable crítica en la Comisión de Investigación de las vacunas, en el Congreso de los Diputados. Juan Manuel de Prada, reseñado convenientemente en el libro, es uno de los más feroces críticos y expositores de toda la operación, llamando la atención que lo está haciendo desde el periódico ABC, uno de los medios vendido al gobierno de Sánchez, que se encargó de repartir millones de euros al principio de 2020 y cerrar la boca a la vista de todos. Recuérdese ese día nefasto, 25 de mayo de 2020, en que todos los medios salieron con la misma portada («#Salimos más fuertes«).
Luis Miguel de Benito, valioso facultativo español que nos ha servido a muchos como ejemplo de ética y de lucha contra el sistema, haciendo uso de sus valores y de la verdad como única arma, aparece también en su momento, que nos invita a pensar que una excepción vale por miles de corruptos que han callado su boca a cambio de dinero. Fernando Simón, sujeto de pesadilla al que tuvimos que soportar durante meses y presenciar sus atragantamientos con una almendra, mientras hacía el papel de dirigir una comisión de expertos que nunca existió.
En fín, el libro toca todos y cada uno de los temas que estuvieron presentes en estos meses: vacunas de ARNm, farmaceúticas comprando gobiernos, megacorporaciones infiltrando estados, administraciones violando la ley, gobernando a golpe de decreto ley para irnos acostumbrando al Nuevo Orden, el escándalo de la PCR, la financiación privada de la OMS, los datos de muertes en los que queda patente que la mayoría sucedieron tras las mal llamadas vacunas, su comparación entre países vacunados y no vacunados, y un largo etcétera de contenidos que hacen de este libro un completísimo manual de referencia de la distopía covidiana.
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Eres valiente al escribir esto y te felicito.
Joaquín: te reconozco que hace meses pasaba algo de miedo cuando publicaba cuestiones como estas. Pero he de reconocer que ya estoy bastante harto. Estoy harto de que los vacunados cierren sus ojos ante la mortandad que se está produciendo entre ellos. Estoy harto de que nadie o casi nadie vea «todos» los aspectos de esta guerra, y no sean capaces de ver las multifacetas con las que nos están atacando. Estos harto de ver que la estulticia domina el panorama. Estoy muy harto, y ante tanto cansancio, el miedo pasa a segundo plano.
Gracias por el comentario.