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Cerveza de manzanilla con anís verde

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    Reconozco que estoy bastante harto con la aberrante situación de la plandemia, porque me tiene muy ocupado haciendo públicos los datos sensibles que, en relación con la vacunación y otras cuestiones, salen cada día. 

    Pero en este artículo voy a hacer una excepción y describiré cómo se puede hacer una bebida fermentada con una infusión de manzanilla con anís, al modo de una kombucha casera. La he repetido varias veces, probado y validado con mi familia, y en todos los casos ha obtenido un alto grado de aceptación.

   Es una kombucha distinta a lo normal, porque no está hecha con té, su sabor es muy aromático y dulce debido tanto a la manzanilla como al anís. Enseguida genera CO2 y alcohol, con lo que es una bebida muy agradable porque tiene chispa. Se acaban las existencias rápidamente. 

La infusión, ya fría, fermenta durante unos días en un frasco grande.

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Preparación

En primer lugar debemos preparar una infusión de unos dos o tres litros de manzanilla orgánica dulce y anís verde, también de cultivo orgánico, en agua sin cloro. Una vez terminada la infusión se cuelan las flores y semillas y se deja la infusión limpia. Aún caliente se añaden 3 ó 4 cucharadas colmadas de azúcar o panela y se disuelve todo muy bien, sin que queden depósitos de azúcar en el fondo. 

Se deja enfriar hasta temperatura ambiente, tapado.

Cuando ya esté frío, se mezcla lo siguiente:

  • La infusión de manzanilla y anís que acabamos de preparar.
  • Medio litro de kombucha de una tanda anterior.
  • Un SCOBY de kombucha. 

Se remueve bien y se deja reposar y que fermente en un bote de vidrio de 4 litros, cerrado. Tiene que fermentar 5 ó 6 días.

Cada día se revuelve con una cuchara de madera. Observaremos que cada día saldrán más burbujas y que al abrir el frasco escapará gas (CO2). Se está produciendo alcohol y CO2 por el consumo del azúcar. Cada día que pase, si la probamos será menos dulce. 

 

Consumo como bebida ligeramente alcohólica y gaseosa

Hacia el 6º día la bebida estará lista para su consumo y tendremos un sabor aromático y algo dulce debido al anís, y no tanto debido al azúcar, que ya habrá desaparecido. Tiene bastantes burbujas y es agradable al tacto en la boca. 

Recomiendo trasegar a botellas de cierre hermético (tapón cerámico clic, como las de gaseosa) y pasarlas al refrigerador. 

Se pueden beber a partir de aquí durante varios días, pues la fermentación se ha parado desde el momento en que se mete en el frigorífico.

 

Al cabo de unos días comienza a generar alcohol y burbujas

Segunda fermentación

Otra opción es añadirle algo más de sabor mediante jengibre fermentado. Para hacer esto, una vez trasegada la manzanilla con anís a una botella (2/3 de la misma) se añade algo de «bicho de jengibre», filtrado. Para ello cuélese el bicho de jengibre en la propia botella, es decir mezclando el líquido del jengibre fermentado con el contenido de la botella. Los palos de jengibre que quedan en el colador se vuelven a meter en el frasco de fermentación del bicho de jengibre.

Se deja fermentar un par de días fuera del frigorífico con el jengibre y luego se mete la botella en éste. 

 

Cómo preparar «bicho de jengibre» (ginger bug)

   Esta es una preparación de jengibre orgánico molido o troceado (para que aumente la superficie) y mezclado con panela y azúcar y agua sin cloro. Se prepara a o largo de una semana, añadiendo cada día un poco de jengibre, un poco de azúcar y un poco de agua, de tal forma que se va adicionando de la misma manera que se prepara madre de harina, para hacer pan.

   Cada día se observará que la mezcla genera gas CO2 y que salen burbujas. 

   Se mantiene vivo añadiéndole más jengibre y más azúcar con agua cada día. Se va haciendo uso de él en distintos fermentados (kombucha, chutney, etc…).

Bicho de jengibre de varias semanas de vida

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