Vivimos en un mundo en el que continuamente se nos venden grandes falacias como si fueran verdades inequívocas. Y, a poco que uno se moleste en rascar, se da cuenta de que debajo de la mentira se esconden enormes intereses.
Una de esas falacias es la moda de los zumos de fruta, que arranca ya de hace unas décadas, y que cada día que pasa se demuestra que se encuentra detrás de intereses crematísticos de todo tipo pero, lo que es más grave, que es la causa de no pocos problemas de salud.
¿Por qué interesa que bebamos zumos?
En primer lugar, porque con el zumo se desperdicia, se tira, un alto porcentaje de la fruta. Este porcentaje del peso que se tira es variable dependiendo de cada fruta (el 30% de las naranjas y el 8% de las manzanas, por poner dos ejemplos de frutas muy usadas en España). Tirar parte del peso significa tener que consumir más, con lo que el beneficio es claro para los productores, distribuidores y vendedores.
En segundo lugar, porque a la industria le interesa habituarnos al consumo de zumos, ya que es una linea de alimentos procesados en la que obtienen muchísimos beneficios, a costa de vendernos agua y azúcar donde debería haber zumo de frutas. Lo que nos venden como zumos de fruta, contiene más agua que fruta, pero nos lo venden más caro que la fruta de origen. Todo ganancias. Al añadirle azúcar se provoca la adicción del consumidor y el distanciamiento de éste del consumo normal (la fruta entera) por falta de costumbre. Además la fruta usada para los zumos industriales es la más barata y la que no tiene salida comercial en las fruterías ya que, por su mal aspecto, su poco peso o su deterioro, se tendría que tirar a la basura. Por lo tanto, estamos hablando de que se usa fruta virtualmente gratuita para hacer esos zumos, o que tiene un precio irrisorio.
En tercer lugar, hay unos últimos interesados en esta moda: aquellos que quieren vendernos las máquinas exprimidoras. La industria del pequeño electrodoméstico, que nos vende un amplio elenco de licuadoras y exprimidoras, apuesta seriamente, como es lógico, por la fruta bebida.
¿Cómo se incita al consumo de zumos?
Los medios usados para incitar al consumo de zumos se orientan generalmente a mostrarnos la imagen del bebedor de zumo como alguien joven y saludable, que utiliza en zumo como un reponedor natural de energía, minerales y vitaminas. Es indefectible: la belleza y el zumo están indisolublemente unidos en la publicidad del zumo. Y el zumo se usa continuamente para acompañar actividades saludables, hedonistas, de relax y disfrute (balnearios, vacaciones, piscinas, etc…) siendo como la guinda que se pone sobre el pastel, porque además de rico, es saludable.
¿Cual es la verdad sobre los zumos?
La verdad sobre los zumos de frutas ha ido mostrándose en toda su crudeza en las últimas décadas. Se sabe perfectamente que los zumos de frutas suponen una alta concentración de fructosa que entra repentinamente en el cuerpo y que, al no saciar como la fruta entera, supone el riesgo de que el consumidor beba más cantidad de la que su páncreas puede admitir, sin daños. Multitud de estudios han confirmado que hay una evidente correlación entre el consumo de zumo de frutas y la diabetes. Por poner un ejemplo, este estudio llega a la conclusión siguiente:
El consumo de vegetales de hoja verde y frutas se asoció con un riesgo menor de diabetes, mientras que el consumo de zumos de fruta puede estar asociada con un aumento de éstos en las mujeres.
¿Y qué decir de los zumos de fruta endulzados?… quienes han llegado a este artículo es seguro que estarán suficientemente convencidos de que son la causa, no sólo de diabetes, sino de obesidad y de problemas cardiovasculares. Son, ciertamente, la causa de la epidemia de obesidad que invade nuestra cultura actual. No obstante, cada año, surgen nuevas marcas de zumos de fruta endulzados. He aquí un pequeño elenco de estudios que demuestran la relación entre la diabetes mellitus y el consumo de zumos de fruta endulzada.
Beneficios de consumir la fruta entera
Consumir la fruta entera tiene bastantes beneficios. Cuando digo «entera» me estoy refiriendo a no triturada, y puede ser, según los casos, fruta pelada o sin pelar. La decisión acerca de esto último dependerá del tipo de fruta (de cáscara) y del origen de la fruta (de cultivo orgánico o biológico). Así pues, si tomamos la fruta entera y nos comemos la cáscara, y a veces las semillas, esto…
- Permite el aporte de nutrientes que sólo están presentes en la cáscara y en algunos casos en las pepitas. Se sabe que muchas frutas contienen en su cáscara verdaderos tesoros bioquímicos que nos pueden ayudar a estar saludables: por ejemplo las uvas tintas contienen en su hollejo y en sus pepitas un polifenol (el resveratrol), que se ha manifestado como un potente antiinflamatorio y anticancerígeno. Por tanto, la costumbre de mucha gente de pelar las uvas y quitarles las pepitas es, claramente, equivocada. El resveratrol no está presente en la carne de las uvas y lo produce la vid como respuesta a una lesión.
- Limita el peso ingerido, y por tanto la cantidad de fructosa. Es claro que consumir la fruta entera sacia más, porque el volumen es mayor, debido a que la pulpa ocupa más espacio que el zumo. Esto provoca que nos llenemos antes y que comamos la fruta en cantidades más limitadas. Lo cual es, ni más ni menos, una limitación saludable, porque evitará que nos pasemos en la cantidad de fructosa. Es más, si la fruta se come entre las horas de las comidas, la sensación de estar saciado hará que comamos menos después. Estudios al respecto establecen que, comiendo fruta entera entre horas, se disminuye la ingesta posterior en un 15% de peso a la hora de comer.
- Permite la ingesta de bacterias beneficiosas que cumplen una importante función en el tracto digestivo. La cáscara de la fruta está repleta de esas bacterias, cuya ingesta nos permite repoblar el tracto digestivo con ellas. Esto beneficiará, como ya sabemos, nuestra salud.
- Permite la ingesta de fibra vegetal, almidón resistente, imprescindible para la motilidad del intestino. La pulpa de la fruta, esa que tiramos cuando nos hacemos un zumo con la licuadora, es un tesoro nutritivo. Además de grandes cantidades de aminoácidos, minerales y vitaminas, contiene fibra resistente a la digestión que mejora el tránsito intestinal.
- Permite el ahorro de dinero, primero porque se consume menos fruta y después porque no son necesarios aparatos para hacer el zumo.
CONCLUSIÓN
Por lo tanto, concluimos que:
- Es mejor tomar la fruta entera que tomarla en zumo, porque nos aporta fibra y bacterias, que nos ayudarán en la digestión. Además no desperdiciamos muchos de los nutrientes. Es decir, cuando decimos que tomamos la fruta «entera» es verdad: no tiramos la mitad.
- Es más barato consumir la fruta entera, porque necesitamos comprar menos cantidad.
- Es mejor tomar la fruta entre horas, porque nos sacia y esto hace que disminuya la cantidad que comemos a la hora de la comida. Además, de esta forma se absorben mejor los nutrientes.
- Si se puede, mejor no pelar la fruta. Para decidir esto, es necesario saber de donde procede la fruta. No obstante, conviene lavar cada pieza.
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Muy interesante ciertamente, yo personalmente bato la fruta en la licuadora pero sin colarla, me la bebo con pulpa y semillas en algunos casos, digamos que por comodidad y por ser un proceso mas rápido que estar masticando un rato. Aunque masticar la fruta es bueno para la salud bucal. Gracias por su articulo
Hola, primero agradecerte y felicitarte por el blog. Me parece que lo expones todo con magnífica claridad. Por mi caso particular, me gustaria saber que fermentados o probioticos le recomendarías para mejorar la dieta a alguien con intolerancia a la fructosa/sorbitol, y que los vegetales/legumbres con mucha piel y fibra le producen muchos gases. Gracias
Gracias a ti. Yo creo que puedes ir probando los fermentados normales (chucrut, kimchi, etc..) ahí tienes un largo elenco de posibilidades. El problema de los gases desaparecerá en cuanto puebles tu intestino con flora amistosa, te lo puedo asegurar. Yo hace años que me he olvidado de él.